MARCO CONCEPTUAL
La investigación sobre el fenómeno del ciberbullying (en adelante ciberacoso) no se detiene. Se viene alertando del incremento y diversificación de las acciones que, bajo la denominación de ciberacoso, definen comportamientos agresivos practicados a través de muy diferentes dispositivos tecnológicos. El escenario del insulto, la vejación o las amenazas, por citar algunas de las manifestaciones más señaladas y frecuentes, ha traspasado hace ya unos años la línea del espacio físico, del contacto directo, de los espacios analógicos, tangibles, verificables con la mirada y el tacto. El ciberacoso, junto con el grooming o acoso sexual en los senderos virtuales y el acceso a contenidos inapropiados es, el mayor problema evidenciado en la actualidad entre el conjunto de comportamientos detestables o de riesgo de los adolescentes en los contextos electrónicos.
Se afirma haber actuado como acosador. Mensajería instantánea, chats, mensajes de móvil, correo electrónico y redes sociales se convierten en nuevos espacios para la burla, las exclusiones y, en no pocas ocasiones, la vulneración de principios básicos relacionados con el honor, la intimidad y la propia imagen.
El Ciberacoso en la Institución Educativa Pablo VI es un fenómeno que preocupa por la relativa novedad que supone en el comportamiento de nuestros adolescentes, con las consiguientes dudas que pueden generar su abordaje y tratamiento. Entendemos por ciberacoso el acoso de una persona a otra por medio de tecnologías interactivas.
Dada la situación que se vive con los estudiantes de nuestra institución respecto al uso de las redes sociales, surge la necesidad de buscar un mecanismo que ayude a fortalecer normas de sana convivencia en el uso de las TIC.
El MANUAL DE CONVIVENCIA de nuestra Institución no hace referencia al Ciberacoso, de ahí nace la necesidad de reestructurarlo, buscando una sana convivencia dentro de las aulas de clase.
La investigación sobre el fenómeno del ciberbullying (en adelante ciberacoso) no se detiene. Se viene alertando del incremento y diversificación de las acciones que, bajo la denominación de ciberacoso, definen comportamientos agresivos practicados a través de muy diferentes dispositivos tecnológicos. El escenario del insulto, la vejación o las amenazas, por citar algunas de las manifestaciones más señaladas y frecuentes, ha traspasado hace ya unos años la línea del espacio físico, del contacto directo, de los espacios analógicos, tangibles, verificables con la mirada y el tacto. El ciberacoso, junto con el grooming o acoso sexual en los senderos virtuales y el acceso a contenidos inapropiados es, el mayor problema evidenciado en la actualidad entre el conjunto de comportamientos detestables o de riesgo de los adolescentes en los contextos electrónicos.
Se afirma haber actuado como acosador. Mensajería instantánea, chats, mensajes de móvil, correo electrónico y redes sociales se convierten en nuevos espacios para la burla, las exclusiones y, en no pocas ocasiones, la vulneración de principios básicos relacionados con el honor, la intimidad y la propia imagen.
El Ciberacoso en la Institución Educativa Pablo VI es un fenómeno que preocupa por la relativa novedad que supone en el comportamiento de nuestros adolescentes, con las consiguientes dudas que pueden generar su abordaje y tratamiento. Entendemos por ciberacoso el acoso de una persona a otra por medio de tecnologías interactivas.
Dada la situación que se vive con los estudiantes de nuestra institución respecto al uso de las redes sociales, surge la necesidad de buscar un mecanismo que ayude a fortalecer normas de sana convivencia en el uso de las TIC.
El MANUAL DE CONVIVENCIA de nuestra Institución no hace referencia al Ciberacoso, de ahí nace la necesidad de reestructurarlo, buscando una sana convivencia dentro de las aulas de clase.